Los Independent Spirit Awards se entregan esta noche en Santa Mónica


El cine independiente tiene hoy su propia gala. Como es costumbre desde 1986, un día antes de los Oscar de la Academia, los Spirit Awards sirven de antesala y de termómetro de lo que sucederá en la noche siguiente, en el Teatro Kodak de Los Ángeles.
Hoy las playas de Santa Mónica son escenario del arribo de estrellas de la talla de Natalie Portman, Samuel L. Jackson, Bill Murray y Nicole Kidman, y entre vestidos lujosos y alfombras repletas de fotógrafos que se pelean por entrevistar a los directores Darren Aronofsky y Danny Boyle queda claro que el cine independiente hace mucho tiempo dejó atrás su faceta de hermano pobre del cine comercial.
Por el contrario, por estos días las historias de bajo presupuesto, producidas por estudios independientes, parecen ir montadas en una lujosa limusina que les ha permitido colarse en las categorías más importantes de los Oscar. “Esta vez más que nunca hay una enorme coincidencia en las lista de nominados de los Spirit y de los premios de la academia; siempre suele ser de 10 ó 15% el cruce, pero este año es del 30%. Filmes como 127 horas, Cisne Negro y The Kids Are All Right compiten en las mismas categorías en las dos ceremonias”, explica la directora ejecutiva de los Spirit Awards, Dawn Hudson, quien asegura que esto no es más que la muestra de la influencia que el cine independiente está teniendo sobre la audiencia. “La historia detrás de películas como Cisne negro o El discurso del rey es la típica de una película independiente de nuestros días: un guión arriesgado que nadie quiere producir. A El discurso del rey le decían que era una película de gente vieja que evocaba el pasado y que nadie quería ver. Pero luego de conseguir salir a la luz con un presupuesto ajustado las cintas son puestas en la pantalla y recaudan éxitos y dinero”.
Pero entonces, si el cine independiente ya no viste de harapos y no habla en susurros y por el contrario parece capturar la atención del público masivo, ¿qué constituye actualmente la naturaleza de una película independiente? “Para que una cinta pueda ser seleccionada en los Spirit tiene que durar por lo menos 70 minutos, tiene que haberse presentado en festivales de cine como Los Ángeles, Nueva York o Sundance y, sobre todo, no puede superar los US$20 millones, incluyendo su posproducción”, puntualiza Hudson.
El viaje en ascenso de estas cintas hechas con cámaras baratas se inició con apuestas como Sex, lies, and videotape, estrenada en 1989 y que se convirtió en un fenómeno cultural, o con She’s Gotta Have It, una comedia estrenada en 1986 y dirigida por Spike Lee, y por supuesto, con Pulp Fiction (1994) de Quentin Tarantino, que según una encuesta realizada entre los jurados de estos premios fue declarada como la más grande película independiente de todos los tiempos. Al respecto, Hudson explica: “Con la más grande, una categoría pretenciosa, quizás intentamos decir que fue una de las que más impactó el movimiento independiente, una de las que más abrió las puertas de los cinemas comerciales a estas historias y definitivamente una que pasó la prueba del tiempo por sus propios méritos”.
Más recientemente, los realizadores Christopher Nolan o Darren Aronofsky, con otras apuestas narrativas, han marcado una tendencia creativa en futuras generaciones que no ha visto en los obstáculos comerciales un impedimento para conquistar estrellas de talla mundial y contar historias que no conocen límites en sus temas. “Estos dos directores comenzaron con cintas modestas, pero de notable ingenio como Memento (Nolan, 2000) y Pi, el orden del caos (Aronofsky, 1998) y sentaron precedentes para el futuro del cine independiente”, añade la directora ejecutiva de los premios.
Hay, sin embargo, otro punto que ha influido para que “los independientes” ahora puedan vestir de diseñador y desfilar por alfombra roja. Si más historias de diversas naturalezas pudieron ser contadas, y sobre todo vistas sobre la gran pantalla, fue también gracias al abaratamiento en los insumos técnicos y las tecnologías involucradas en el cine. “Esto cambió radicalmente el mundo independiente, hizo de las barreras algo inexistente. Antes rentar una cámara costaba miles de dólares y costear la posproducción era imposible, pero desde que la tecnología se ha masificado y las cámaras han inundado el mercado, los precios han cambiado en una proporción de 100 a 10.000 y eso es fantástico, así que más gente puede entrar en la arena de la realización de películas”.
Con más posibilidades de que los grandes distribuidores compren historias provenientes de lugares diferentes a los sofisticados estudios de Hollywood, los espectadores —o así lo percibe Hudson— han empezado a encontrar una enorme brecha entre las películas de papas fritas y las que no lo son. “La audiencia está más entrenada y sus preferencias por historias más complejas se evidencia también en el afán reciente de las estrellas del cine por participar en películas independientes, como si reconocieran que lo que se cocina ahí en materia narrativa y de personajes ahora también los puede catapultar a la fama”, concluye Hudson.

Nominados Spirit Awards
Mejor película
127 horas (Danny Boyle)
Black Swan (Darren Aronofsky)
Greenberg (Noah Baumbach)
The Kids Are All Right (Lisa Cholodenko)
Winter's Bone (Debra Granik)

Mejor actor
Ronald Bronstein - Daddy Longlegs
Aaron Eckhart - Rabbit Hole
James Franco - 127 Hours
John C. Reilly - Cyrus
Ben Stiller - Greenberg

Mejor Actriz
Annette Bening - The Kids Are All Right
Greta Gerwig - Greenberg
Nicole Kidman - Rabbit Hole
Jennifer Lawrence - Winter's Bone
Natalie Portman – Black SwanMichelle Williams - Blue Valentine


(El Espectador.com)

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